Me besas,
y mientras
nuestras lenguas bailan un tango,
mi amor
se convierte en deseo,
un deseo
incontenible e inmediato.
Lo percibes,
acudiendo rauda,
calmando con
agua fresca
el fuego
de mi volcán.
El deseo
se ve envuelto
en cálidas manos que lo rodean,
la dulzura de tus labios me
acaricia,
dibujando
trazos de placer sobre mi piel.
Eres agua
y eres vida,
con tu lengua
mi pasión desatas,
encontrando
el ritmo de mis latidos,
finalmente
mi amor se desborda
en estallidos de placer,
lava incandescente que te alimenta;
con tu amor la erupción se calma.
que versos tan bonitos!
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