Llegas, apareces, y ves mi jardín marchito.
No te importa, lo cuidas con mimo,
riegas el césped, le cantas a las flores,
y con una sonrisa, la primavera vuelve.
Hasta al árbol, omnipotente desde la altura,
le vuelven a brillar las hojas.
Hasta las lombrices, ocultas bajo la tierra,
celebran el agua fresca que las acaricia.
¡Cuánto añoraron los pájaros
cálidas frases que los animaran a volar!
¡Qué largo se hacía el camino para la hormiga
cuando ni una brizna de yerba alegraba su pasar!
Apareces, te quedas a escuchar el murmullo
de las hojas que al viento se arrullan,
el sol vuelve a brillar.
Las nuevas rosas, las orquídeas, las dalias,
que explotan bajo tu luz en mi jardín,
todas son para tí.
(c) Ringmaster