Tú, mi pasado,
mi corazón desgarrándose
incomprendido, ignorado,
este nunca fue tu hogar,
maldita soledad,
capital lejana y añorada,
intentos de hacerte feliz,
de hacerte reír,
frustrados contra la pared,
agonizando se quedó mi alma.
Te fuiste mucho antes,
de que yo me diera cuenta,
tocaste mi corazón,
dejando sólo cicatrices.
Perdóname...
yo ya te perdoné,
que no supieras amar,
que no paguen ellos
por nuestros pecados.
Tú, mi presente y futuro,
adoro la forma en que
cosiste mi corazón
con hilos de seda,
encuchándome y dándome toda
tu energía y paciencia,
eres luz y eres vida,
amor de infinita entrega.
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