Empezaré por una carta a mi niña.
25-9-01
¿Cómo te va? Por aquí todo bien, mejorando. Nunca había llorado tanto por nada, y es paradójico, estoy tan feliz de tenerte... Sufro por tí, sufro por todo lo que has sufrido y sufro porque no podemos estar juntos. Sufro porque a veces soy tan idiota...
Tú me enseñaste a sentir. Me enseñaste a amar con el corazón y con el alma, porque tú me lo hiciste sentir.
Me enseñaste que para tener amigos, para compartir y participar en la vida de los demás primero hay que compartir la tuya propia.
Me enseñas cada día que el amor va más por dentro que por fuera, que nada es lo que parece y que todo tiene sentido, todos los detalles forman un todo.
Me enseñas a escribir cosas bonitas, porque me haces sentir cosas bonitas hacia todo. Y sobre todo hacia tí.