Debido a la normativa RoHS, las soldaduras de los componentes se rompen con más facilidad con los cambios bruscos de temperatura, por lo que si queremos que nuestro aparato electrónico dure todo lo posible, tenemos que evitar estos sobrecalentamientos.
Aparte de cuidar la limpieza de los ventiladores (cada año al menos), también podemos reducir el voltaje/frecuencia de funcionamiento de los componentes del equipo; incluso hay formas de hacerlo por software sin poner en peligro su funcionamiento, aquí tenéis una guía estupenda sobre ello. En esta entrada vamos a ver cómo cambiar la velocidad de trabajo de una Nvidia modificándole la BIOS.