He conocido a varias parejas con niños que se llevan como el perro y el gato una vez han roto los lazos que las unían. Y que incluso utilizan a los niños como arma arrojadiza, rebajando a la altura del betún al ex en su presencia y en su ausencia, o siguiendo "con el Santo Reproche" cada vez que se ven.
Yo creo que cuando una pareja se rompe, y hay niños de por medio, ellos, su desarrollo y bienestar, está por encima de todas las cosas.
Aunque a veces el dolor, el rencor, los sentimientos mezclados de amor-odio, pueden ser muy fuertes y llevarnos a actuar egoístamente y con el objetivo de producir el mismo dolor que se siente, no hay nada peor para el fruto del amor que una vez existió, los niños.
Es lógico sentirse defraudado por la otra persona, ponerla verde mentalmente y no querer saber nada de ella, pero hacer que tu "odio" se traslade a los niños es rastrero, inmaduro e irresponsable.
Es cierto que los hombres sentimos que los niños "son más de ella" que nuestros, pero es una idea arcaica y machista. Ellas estarán más preparadas y nosotros seremos más torpes y nos costará más, pero eso no quita para que los sepamos educar.
Por lo tanto tratar de mantener una mínima relación de amistad, interesarse por que al otro le vaya bien, es sinónimo a interesarse en los hijos nacidos de la relación para que crezcan saludables y felices.
Aunque en muchos casos esto es muy complicado, sobre todo cuando la relación ha terminado muy mal, con peleas por los bienes materiales, insultos y falta de respeto, etc, antes de actuar así si la relación no va bien, deberían pararse un momento a pensar que el otro es una persona, independiente y libre, y que lo mismo que no necesitaban de ella para ser felices cuando no estaba, no tienen derecho a odiarla y maldecirla si la convivencia no funciona. Al fin y al cabo nadie le obligó a estar con esa persona ni a hacer lo que hizo. Y gracias al cielo hoy en día somos bastante civilizados y empieza a verse como algo normal que las parejas decidan dejar de estar juntas.
Eso sí, muchas veces se rompen por pequeñas disputas que podrían haberse arreglado perfectamente con un poco de empatía, comunicación y asertividad. Pero hay casos en los que simplemente las necesidades y objetivos de los cónyuges ya no confluyen en un mismo destino, y no se puede llegar a un acuerdo que beneficie a los dos, entonces la ruptura se torna necesaria, al menos de forma temporal; la felicidad del conjunto, padres e hijos, es prioritaria.
Una ruptura es la mejor prueba para medir el grado de madurez y responsabilidad de una persona. Tal vez ya no quieras a esa persona como un día la quisiste, porque el amor tiene estas cosas; hay malentendidos, falta de comunicación, se suele idealizar al otro, o el otro no te muestra tal como es hasta que ya no tiene gran interés, etc, pero mantener una comunicación "distante" se me antoja necesaria cuando hay niños de por medio.
No hay que intimar demasiado; las cosas siguen calientes y el dolor de desprecios que se hicieron de forma inconsciente, reflejo del malestar de no sentirse respetado, en tu integridad y dignidad, estará a ras de piel.
Pero hablar de los niños, de sus progresos, incluso pasar tardes junto a ellos en el parque, dejando de lado descalificaciones y reproches, hará que los niños vean que sus padres se aprecian, se respetan, a pesar de que noten que ya no hay cariño entre ellos.
Aunque a veces hablar con un ex sin que la voz se te quiebre por el dolor o transpire un hondo penar puede ser realmente difícil. En esos casos es mejor dejarlo para cuando la herida esté sanada.
Después de todo nadie es malo, ni egoísta, ni egocéntrico por naturaleza, es la sociedad, lo que hemos vivido, quien nos ha enseñado a ser de una forma u otra, como bien decía Rousseau.
Después de todo, tal vez existan amores que no debieron pasar la línea de la profunda amistad, y que un amor se recupere en forma de amistad es algo muy bonito y que dice mucho de la calidad humana de las dos personas.
Tal vez dicha amistad sea imposible poco después de la ruptura, pero ¿no es una pena que pierdas a una persona con la cual has vivido tantas cosas y que te ha enseñado tanto? Con lo difícil que es tener amigos de verdad por el tiempo que lleva, como para andar derrochándolos por el camino...
De hecho un buen porcentaje de las parejas españolas se mantienen juntas por motivos de necesidad económica o sexual. Y otras lo hacen por amistad y cariño, ésas son las más felices. Una pareja que se ha unido sólo por amor no suele durar mucho; el enamoramiento es algo hormonal.
¿Volver a estar juntos?
Por otro lado, aunque pueda parecerlo, creo que no es conveniente volver a unir a una pareja que se unió tras una dolorosa ruptura, pues normalmente se hace con las reglas del menos enamorado, por lo que puede convertirse en una agonía para el otro. Segundas partes nunca fueron buenas; una vez perdida la confianza y atracción hacia el otro es muy difícil que funcione.
Tal vez si hay muchísima comunicación, sinceridad y respeto totales, y sigue gustando cómo es la otra persona, además de tener objetivos en la vida comunes (que al final es lo más importante), y saber divertirse juntos, podría haber una pequeña posibilidad, nunca se sabe.
Bueno, sin más, termino con mis reflexiones por hoy. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Creéis que merece la pena continuar con la amistad por los niños a pesar de que ya poco te puede enseñar? ¿Opináis que es posible volver a pasarlo bien juntos y reírse de la vida y sus tonterías?
¡Hasta pronto!
PD. Me ha quedado como escrito por un cura... lo que me ha recordado cuando el párroco donde hice mi primera comunión me preguntó si me gustaría ser cura. Debió verme cara de buena persona ;-)
Ya por entonces no compartía lo inculcado en la Biblia, pero francamente, no se puede decir que no eres católico hasta que has hecho el máximo esfuerzo por tratar de sentirlo y comprenderlo. Hay que probar las cosas antes de rechazarlas.
Lo siento Javier, me parece que tiene demasiada publicidad y no aporta nada, borro tu comentario sobre Blogspot Directorio.
ResponderEliminarSabia reflexion... este texto que has escrito deberia de leerlo algunas parejas que conozco (incluyendo alguna que erroneamente pretende salvar su matrimonio trayendo otro hijo al mundo),
ResponderEliminar"toco madera" Tengo la gran suerte de estar casado con una mujer maravillosa, que me aprecia y me quiere tanto como yo a ella espero que tu David estes tan agusto con tu pareja como lo estoy yo con la mia (para muchos años).
Un saludo Manolo
Aupa Manolo. Otro hijo al mundo no soluciona nada, lo empeora aún más si ya no funcionaba.
ResponderEliminarEspero que esas parejas sepan lo que hacen, ¿pretenden desviar la atención de lo que no se arregla? Sólo hablando y buscando soluciones se pueden arreglar las cosas, pues nunca se arreglan solas.
Saludos
Lamento que este comentario no tenga nada que ver con al entrada pero... ¿como lograste poner el "seguir leyendo" en los post?
ResponderEliminarJejeje... Jorge, no pasa nada, te contaré mi secretillo "industrial"; hay pocos blogs con eso.
ResponderEliminarSigue las instrucciones aquí.
Aunque originalmente la utilidad en javascript fué escrita por Hackosphere
; si quieres que te funcione siempre sube el script .js a otro sitio (como google site) puedes cambiar la extensión y funcionará igual.
Hola, DAvid:
ResponderEliminarYo creo, que está bien tu artículo...Al final de tu post, haces preguntas supongo que esprando oir respuestas...Pues bien, yo no he tenido la suerte, o la desgracia de tener pareja aún...Y por eso no puedo hablar con pleno conocimiento de causa. Sin embargo, creo que sí que es posible, una reconciliación después de la separación, por muchos motivos, pero en especial cuando hay niños de por medio.
Es muy generoso, ser capaz de olvidarse de uno mismo, de lo que uno mismo siente, e intentar sobreponerse a todo eso por el bien de la gente a quienes queremos.
Creo que es difícil, que depende de la voluntad de ambos, pero que puede ser posible.
Por otro lado, entiendo eso que dices al final de los valores...Y de la religión...Yo pienso que ninguna religión es dueña y señora única de los valores morales. Que se puede no tener fe, y distinguir el bien del mal perfectamente, todo está en la conciencia humana. A veces, creo que las religiones se erigen como monopolizadoras de la moral, y la buena conducta, y no es para nada así. Igualmente que hay gente que comete actos reprochables, siendo atea, en la religión también.
Y bueno. Si uno es capaz de perdonar, de olvidarse de uno mismo...del poco o mucho rencor, primero se reconcilia con uno mismo, y luego con los demás...Pienso que sí que se puede volver a reir juntos...La llama del amor, el auténtico, sigue encendida, por mucha agua que se le eche. Y puede reavivarse... Y porqué no, es posible darse una segunda oportunidad.
Saludos, David, desde Sevilla
Miguel
Sabias palabras, Miguel. Ojalá muchas parejas fueran tan sensatas como lo que comentamos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, y que sigas bien, un caluroso abrazo,
David
A mi me ha dejado mi marido hace un mes, sin previo aviso ni pistas de lo que le estaba pasando. Me ha dicho que ha perdido la ilusión de estar conmigo y quiere vivir una nueva vida sin mi. Yo estoy hecha polvo pero me encantaría tener una amistad con el ya que me ha dado los mejores 10 años de mi vida. El tiene la misma actitud pero no quiere hacerme mas daño del que ya me ha hecho y va a esperar a que yo lo supere para intentar ser amigos. Yo pienso que se puede, hasta que llegue una tercera persona por alguno de los dos lados.
ResponderEliminarOpino lo mismo, anónima. Aunque no sé lo suficiente para darte un consejo, yo trataría de llevarlo lo mejor posible, no le agobies y dale toda la libertad que necesite.
ResponderEliminarSi fué feliz contigo, tarde o temprano te echará de menos y volveréis a estar juntos, siempre que no se enamore de otra.
Si pasado un tiempo la cosa se apaga, yo me plantearía rehacer también mi vida. Pero 10 años son muchos años para no daros una segunda oportunidad, y no os habéis hecho mucho daño. De todas formas no dejes que tu vida se apague, y haz cosas, sal con las amigas, lleva una vida activa, y todo se arreglará. Y si no, serás feliz igualmente sin él, ya lo verás.
Un beso, cuídate.