Hay gente que le añade ventiladores a la carcasa de la xbox porque la han modificado (perdiendo con ello la garantía) y no quieren que se sobrecaliente, apareciendo el anillo rojo de la muerte (causado
como vimos por un sobrecalentamiento del procesador gráfico, mal ventilado).
Sin embargo si no mantienen limpia la consola por dentro, sólo están retrasando su muerte. Como tiene un sistema de refrigeración muy justito, en cuanto le entra un poco de polvo acaba recalentándose.
En esta entrada
explicaré cómo he mejorado la ventilación forzando a que el aire circule por entre los disipadores de aluminio de una placa Falcon, que aunque mejoran las anteriores, siguen teniendo problemas en cuanto el polvo hace acto de presencia.
Hay muchas formas de mejorar la refrigeración y evitar las tan temidas luces rojas, y
la mejor de todas es poner refrigeración líquida y colocando los disipadores en la parte exterior de la consola, con lo que ganaríamos en silencio y fácil limpieza, pero si no queremos gastarnos más dinero que lo que cuesta una nueva,
ésta que explico es una buena opción.
Forzando el flujo del aire
Para ello he utilizado una hoja de papel, aunque es mejor utilizar cartón fino, del que suele venir con las cajas de cereales. Lo primero es tapar el disipador principal para forzar la entrada de aire por el frontal, pegándolo con cinta aislante, evitando de esta forma a que el aire, que es bastante perezoso ;-), entre por los sitios por los que menos obstáculos tiene: